domingo, 7 de octubre de 2012

El bueno, el malo y el raro, homenaje a un clásico

Hace unas semanas, entre una serie de homenajes al spaguetti-western que pusieron en la Sexta 3, colocaron esta, para mí, desconocida película que, según decían al presentarla, había obtenido un premio en algún festival, creo que el de Sitges. Se trata de la historia de dos foragidos y un cazarecompensas en la Manchuria de los años 40, que se enfrentan por la búsqueda y posesión del mapa de un tesoro, mientras son perseguidos por el ejército japonés y una peligrosa banda de gangsters chinos. Y como tanto la trama como el título apuntan, es un homenaje coreano al clásico de Leone. Si has visto El bueno, el feo y el malo, reconocerás montones de situaciones, escenas y guiños en esta película, lo que no deja de tener su gracia. Pero lo que para mí resultó más sorprendente es descubrir un coreano que hace cine al estilo occidental, y además lo borda. Dejando aparte el homenaje, es una película de acción cojonuda, con un ritmo trepidante, unos personajes muy buenos y una factura digna del mejor Tarantino (o para precisar aún más, del Tarantino de Kill Bill). A raíz del descubrimiento me he “agenciado” un par de películas más de este director, Jee-woon Kim. De momento he visto una de ellas, Un cuento de dos hermanas, de terror psicológico, que no está mal (ya la comentaré). De nuevo, cine occidental cien por cien.

¡Ah! Se me olvidaba y seguro que os lo estáis preguntando desde que he empezado con el post: el título original de la película es Joheunnom nabbeunnom isanghannom.

Los Inmortales, 1986 (Highlander)

Hace unos meses Saúl me recordó esta película. Yo la conocía de sobra, y la había visto muchas veces cuando era pequeña: unos primos míos la tenían grabada en vídeo y en verano, cuando íbamos a visitarles, la solíamos ver. Pero hacía mucho tiempo que no la veía, y sentí una espinita de nostalgia al recordarla, así que me dejé el "recao" en la cabeza para verla en algún rato libre. Esto fue antes del verano.

El método del "recao" no es muy efectivo, como supondréis, y la cosa se me olvidó hasta hace unas semanas, cuando Anxo recordó en G+ el 20 aniversario de "Sin Perdón" y, al poco tiempo, Jose los 25 añitos de  nada de "La princesa prometida". Así que me puse manos a la obra y me ví las dos películas en una semana, más o menos. Además, las vi en versión original, no como las había visto antes, para pillar todos los matices de la obra original, y debo decir que disfruté a lo grande con cada película (mi nivel de frikismo con "La princesa prometida" es tal que me conozco diálogos de memoria, aunque en español, eso sí; de "Sin perdón" recordaba toda la trama, pero nada más). Y claro, después de estos resultados tan estupendos, no me quedó otra que ver "Los inmortales". Recuerdo haber pensado en lo injusto que era que "Los inmortales" no hubiese sido recordada a los 25 años como lo había sido "La princesa prometida". Hay que ver.

En "Los inmortales" actúa Christopher Lambert, conocido desde entonces como "el de los inmortales", Clancy Brown, que desde entonces ya se quedó como "el malo de los inmortales" y Sean Connery (con peluca, eso sí), que ya era Sean Connery antes y siguió siéndolo después. La peli cuenta la historia de un inmortal que nació en Escocia (de ahí lo de "Highlander") en el siglo XVI, y de cómo él y otros como él tienen que luchar entre sí  para conseguir "el premio". "Sólo puede quedar uno" es la frase habitual en los duelos, que son siempre a espada, y donde los estropicios de mobiliario urbano son bastante habituales.

La historia es muy buena, a medias entre el pasado y el presente, llena de flash-backs que casi siempre vienen a cuento. La banda sonora es íntegramente de Queen (por eso la veíamos en casa de mis primos, porque mi prima era un flipada de Queen), con las canciones del álbum "A kind of magic" (mis favoritas: "Gimme the prize" y "Princes of the Universe"). Tiene potencial, ¿no? Pues sí, hasta que eligieron a un director hortera y un pésimo actor francés como protagonista. ¿Francés? Sí, francés. No es que tenga muchas líneas de diálogo, pero cuando se le oye tiene un acentazo que tira para atrás, sobre todo teniendo en cuenta que el hombre debería ser de la mismísima Escocia. Aye. Pero es igual, cuando no habla sigue siendo un pésimo actor. En cuanto al director, me saca de quicio con sus conversaciones cortadas y pegadas en diferentes escenarios, muy bonitos todos, eso sí; sus planos repetidos de explosiones puestos una y otra vez; efectos especiales cutres, cutres... 

Resumiendo, ahora entiendo que esta película no fuese recordada a los 20 ni a los 25 años, como lo fueron las otras. Ha envejecido muy mal.